Camote biofortificado que se reproduce en Chiriquí proviene de Perú
El camote nace en la raíz de una planta de hojas elegantes. Va haciéndose grueso y vigoroso antes de la cosecha. Parece una papa, a veces un ñame. Es dulce, consistente, un tanto almidonado cuando se come y posee un gran potencial nutritivo.
Estos atributos han llevado a un grupo de investigadores panameños a recurrir al tubérculo para mejorar las deficiencias nutricionales en las zonas rurales interioranas y en la Comarca Ngäbe Buglé.
El tubérculo, dicen sus promotores, tiene un excelente rendimiento y goza de propiedades biofortificadas. En otras palabras: es rentable para el productor y beneficioso para el consumidor.
A través del programa “Introducción de cultivos de camote biofortificado”, el investigador Arnulfo Gutiérrez, del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (Idiap), intenta rejuvenecer un gusto atávico de “nuestros abuelos”.
Desapareció con el tiempo, y ahora se “busca retomar su cultivo para los pequeños productores”, dijo el investigador.
El camote que se reproduce en Cerro Punta proviene de 30 semillas importadas de Perú, desde el Centro Internacional de la Papa, instituto especializado en mejoramiento genético, y donde funciona el banco de germoplasma que se encarga de proveer las variedades más grandes del mundo.
Las semillas de tubérculo que llegaron a Panamá integran un proceso multiplicador a través de plantas in vitro, explica el investigador. En el laboratorio ya se han identificado cuatro clones promisorios de camote.
Estas plantas se sembrarán en una parcela demostrativa donde se validará su rendimiento y su adaptabilidad al clima y suelo panameño.
La novedad del camote que se produce en la actual estación experimental es su pulpa anaranjada, una diferencia que se traduce en un alto contenido de betacaroteno, el compuesto perfecto para combatir las afecciones cardiovasculares y robustecer el sistema inmunitario.
Además, esta variedad es mucho menos exigente que la papa en su cultivo, comenta Gutiérrez.
“Da mejores rendimientos, y su follaje se puede usar para alimentar gallinas y ganado ovino”.
De una planta de camote se pueden cosechar entre 3 libras y 4 libras.
Otra de sus ventajas es que se cultiva durante todo el año y una vez sembrado está listo para cosechar en cuatro meses. No requiere de grandes cantidades de fertilizantes.
“La idea es iniciar la siembra piloto en fincas ubicadas en las provincias de Herrera, Los Santos y Veraguas”, informó Gutiérrez.
Con esto se busca determinar cuáles son las variedades que mejor se adaptan en estas tierras y también se debe hacer promoción de consumo.
El camote es un alimento que se puede preparar de muchas maneras. Desde refrescos, pasteles, pan y demás, “cuando se ha viajado a Perú, se puede ver cómo lo preparan en diferentes formas y es muy sabroso”, afirma.
El proyecto tiene la finalidad de garantizar una buena semilla para que los pequeños agricultores puedan sacarle provecho a un cultivo que es resistente al ataque de plagas, rico en nutrientes y con buenos rendimientos.
La siembra a gran escala del tubérculo se enfocará en áreas de pobreza rural con deficiencias de vitamina A y propensas a la desnutrición.